Entrevista en cuarentena a Guillem González

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Entrevista a Guillem González, a razón del confinamiento

 

Con respecto a esta cuarentena (sí, se acepta cuarentena para cuando no se refiere a un periodo de cuarenta días, lo dice la RAE, lo hemos buscado) que, el día 22, supimos que se prorrogaría 15 días más, hemos decidido contactar con los autores de nuestra editorial para saber cómo estaba siendo para ellos este confinamiento: qué piensan, qué no piensan, qué comen, cuántas veces a la semana van a hacer la compra o nada de lo anterior.


E16: ¿Cuántos sois en casa?

GG: Estoy confinado con mi novia, Ivana, en nuestro piso de Cracovia.

 

E16: ¿Ese número ayuda o dificulta la estancia?

GG: Estamos acostumbrados a vivir juntos, así que es fácil. De hecho, ayuda mucho estar acompañado.

 

E16: En el caso de que compartas piso/casa ¿tienes tu propio espacio en ella? O en el caso en que vivas solo ¿hay algún cuarto o parte que la dediques como despacho para crear/trabajar?

GG: Tenemos un despacho-trastero-habitación de invitados, que estos días compartimos: Ivana teletrabaja allí por la mañana, yo por la tarde. El resto del tiempo lo paso en la mesa de la cocina o en el sofá, que está en la misma cocina-salón.

 

E16: ¿Están siendo productivos estos días? Ya sea en el sentido laboral o creativo.

GG: No estoy por la labor de escribir, la verdad. Sí que estoy trabajando, no me queda otra, sigo dando clases de español, aunque ahora por internet. De hecho, es una “suerte” que pueda trabajar desde casa, porque si no doy clases, no cobro. Trabajo las mismas horas que antes, quizás un poco más porque he tenido que aprender a usar algunas herramientas para enseñar online.

 

E16: ¿Nos volvemos más perezosos en estas circunstancias?

GG: Yo no me he vuelto más perezoso, sobre todo porque mi vida no ha cambiado demasiado. Antes ya pasaba muchas horas aquí encerrado, estoy acostumbrado a organizarme el día sin apenas salir de casa. Pero sí que me noto mucho más distraído, preocupado por lo que está sucediendo y saturado de información.

 

E16: ¿Estás siguiendo la actualidad diaria? ¿A través de qué medios?

GG: Pues cada día me llegan las newsletters de El País, eldiario.es, Público, Ara, El Punt Avui, The Telegraph, The New York Times, The Guardian y del periódico polaco Gazeta Wyborcza. Pero a menudo no leo ni siquiera los titulares: tantas noticias sobre la epidemia me están sobrepasando. Muchas veces simplemente entro en Twitter y leo lo que comparte la gente a quien sigo.

 

E16: ¿Cuál es (si para ti lo hay) el mejor artículo que has leído hasta ahora en lo que va de cuarentena?

GG: Sí que he leído unos cuantos artículos de “estrellas de la filosofía” sobre la pandemia: Slavoj Žižek, Giorgio Agamben, Judith Butler… Pero tengo la sensación de que cada uno lleva la crisis del coronavirus a su territorio simplificándola mucho por el camino. Si aún es demasiado pronto para entender qué está pasando, imagínate para interpretarlo bien y poder teorizar. Dicho esto, me ha gustado mucho el artículo de Byung-Chul Han que ha publicado El País: “La emergencia viral y el mundo de mañana”. No es tan optimista ni utópico como otros y además reconoce una verdad amarga: que el autoritarismo y la vigilancia digital de algunos países asiáticos los han preparado para resistir esta crisis mucho mejor que en Occidente. También me ha gustado mucho el artículo de Verne de Jaime Rubio Hancock: “Por qué seguimos mandándonos memes y chistes aunque el coronavirus sea un peligro”. Analiza el humor como herramienta para soportar la angustia provocada por la incertidumbre actual.

 

E16: ¿Te ha dado tiempo ya de acabar la lectura de alguna novela?

GG: Sí, lo mejor que he leído hasta ahora es El gato y el ratón, la segunda novela de la trilogía de Danzig de Günter Grass. No me ha parecido tan buena como la primera, El tambor de hojalata, pero está a la altura. También es una historia ambientada en Danzig durante el nazismo y también está protagonizada por un chico un poco especial que tiene una leve deformidad física, lo cual hace que, al igual que el Oskar Matzerah de El tambor de hojalata, tenga una relación particular con el nazismo. Es un antihéroe que, por las circunstancias, se convierte en héroe.

 

E16: ¿Qué estás leyendo actualmente?

GG: Pues ahora estoy terminando Happycracia de Edgar Cabanas y Eva Illouz. Es un ensayo que estudia y desarma la psicología positiva y la industria de la felicidad, tan lucrativas como peligrosas. No tiene relación directa con la crisis del coronavirus, pero sí nos obliga a replantearnos qué tipo de psicología, economía y política queremos: ¿una sociedad que solo se fije en lo positivo, ignorando lo negativo, o una que se preocupe de todos los aspectos de la vida?

Además, estoy siguiendo la novela por entregas que Antonio Orejudo está publicando en El País, se titula La casa de los Peláez. Es una novela costumbrista y humorística, muy ligera pero entretenida, interesante porque la familia Peláez está encerrada en su piso manchego durante el confinamiento del coronavirus. Me llama la atención que ya se esté escribiendo una obra de ficción sobre estos tiempos. A ver cómo termina.

 

E16: ¿Te has enganchado a alguna serie? ¿Ha preferido revisitar los clásicos? ¿Nada de nada?

GG: La verdad es que no tengo mucho más tiempo libre que antes. Estos días mi novia y yo hemos empezado a ver la segunda temporada de The Deuce. Sigue la misma fórmula dickensiana de The Wire, pero esta vez centrándose en la industria pornográfica y en la prostitución de los alrededores Times Square durante los 70. Es muy meritorio que David Simon consiga otra vez “meterlo todo” en una serie con tan buen resultado: tantos personajes, tantas tramas, tantos temas.

En cuanto a lecturas, mi objetivo es reducir todo lo que pueda el tsundoku, porque la pila de libros que tengo por leer en casa es considerable. Creo que las siguientes serán Laughter in Ancient Rome de Mary Beard y The Shock Doctrine de Naomi Klein, que están pendientes desde hace tiempo y por pintar densas y estar en inglés las he ido posponiendo.

 

E16: ¿Habías leído algún libro sobre pandemias?

GG: Quise hacer una lista de libros sobre pandemias, pero tiré la toalla en seguida porque me di cuenta de que no he leído muchos. Además, ya se han compartido mil y una en las redes y en los medios. Pero puedo añadir un par de obras que no he encontrado en estas listas. La primera es La transmigración de los cuerpos de Yuri Herrera, una novela ambientada en un México distópico pero descrito con un estilo muy lírico, asolado por una extraña epidemia. La segunda es uno de los Cuentos rusos de Francesc Serés, titulado “La última cena de Serguéi Aleksandr”, donde se narran los últimos días de Pushkin durante una plaga de la peste (en realidad murió en un duelo). El relato empieza así: “Es un trabajo harto difícil contar a quienes no lo han vivido cuán duros son los azotes de una epidemia”. Si lo escribiera ahora, quizás tendría que cambiar esta primera frase.

 

E16: ¿Es posible que, de esta que estamos viviendo, surja algún nuevo estilo literario o generación? ¿Es pronto para hablar de eso?

GG: No tengo ni idea, la verdad. Seguro que saldrán mil libros sobre el tema desde todas las perspectivas y disciplinas posibles. De hecho, Žižek ya ha sacado el suyo, creo que ha sido el primero. Y esta mañana he leído una reseña de En tiempos de contagio de Paolo Giordano. Según la reseñista, es infumable. Me temo que los “diarios del coronavirus” serán una verdadera epidemia literaria.

 

 

E16: ¿Sales a aplaudir a las ocho de la tarde?

GG: Pues no, porque en Polonia la gente no está aplaudiendo. De momento, los cracovianos no salen mucho a sus balcones, solo para respirar un poco de aire, que gracias al parón está más limpio de lo habitual.

 

E16: ¿Qué es lo más raro que habéis visto hacer estos días?

GG: Las compras masivas de papel higiénico, hacer cola manteniendo un metro de distancia, los hospitales colapsados y las calles vacías ya no nos parecen nada raro. Lo que más me llama la atención es precisamente esto: lo rápido que nos hemos acostumbrado a esta nueva situación.

 

E16: ¿Comida que más se haya repetido en vuestro menú?

GG: Pues por nostalgia o por lo que sea me ha dado por preparar escalivada, que luego dura bastante en la nevera y se puede usar en diferentes platos. Aunque ya estamos un poco hartos de tanta verdura asada, la verdad.

 

E16: ¿Qué es lo que más echas de menos de la normalidad?

GG: Echo de menos pasear o correr por la orilla del Vístula, montar en bici, tomarme un café antes de las clases, tomarme una cerveza con los amigos después, comer de vez en cuando en un restaurante… También echo de menos ir al ogródek działkowy (huerto urbano) que mi novia y yo tenemos en Cracovia: sería el lugar ideal para estirar un poco las piernas en un entorno bastante aislado, pero está al otro lado de la ciudad.

 

E16: ¿Qué es lo primero que harás cuando todo esto acabe?

GG: Andar hasta el centro de Cracovia, callejear un poco y luego acercarme a Massolit Books, una librería con libros en inglés. Curiosearé entre sus estantes y me compraré una novela ligerita, que no hable de pandemias ni de distopías, me tomaré un café y un pedazo de tarta en su cafetería y empezaré a leerla in situ.

 

E16: ¿Cantas en la ducha?

GG: Pues no sé, supongo que a veces. Lo que sí que hago siempre es cantar mientras me lavo las manos. Me he aprendido la letra de “Rata de dos patas” de Paquita la del Barrio y hasta que no llego al estribillo, no paro de fregar.

 

 

Categorías: Entrevistas

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