Ideas
Querido diario:
a veces se acaban las ideas. No hay más ideas. Se fugan, no sé, se escapan tras un flash en el que no tienes dónde dejarlas apuntadas. Se van. Se marchan. “Chao”, ya no están. Y con ellas pues las cosas se paran, se frenan, van alargándose la listas de cosas que se posponen a un cuándo que implica tiempo, tiempo, dinero, tiempo y dinero, dinero y más dinero. Dinero para vivir, para vivir del tiempo, del tiempo que da el dinero, del que no da esto. Vivimos de vender libros, no de hacerlos. Qué pena, qué triste pena estoy triste mamá.
Se nos acaban las ideas.
Pero seguimos creando y haciendo. Porque a veces se nos olvida que no tenemos ideas; que no se nos ocurre cómo vender más; cómo convencer a la gente de que estos libros son una maravilla; cómo hacer entender a los libreros que deberían ayudarnos; a nuestras familias, amigos, parejas…a nosotros mismos.
“Oye, quiero ser editor independiente”.
Vamos a agarrarnos el pantalón con las manos porque hemos vendido el cinturón porque vamos a sacar más libros esto no va a pararlo nadie. Vamos a recorrernos las librerías con un discurso precioso. La línea editorial va a significar un sello de confianza. Las presentaciones van a arrasar. La literatura que representa Editorial Dieciséis va a tener el lugar que se merece.
“¿Has apuntado todo eso? Bien, dale a imprimir que me lo pongo en el escritorio para leerlo a las 7.30 cuando me siente en el despacho”.
Hay que creer. Con ideas o sin ideas, sino, nos vamos a la mierda.
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