Entrevista a Mario Blázquez.

MB: En Madrid.

MB: Sí.

MB: Creo que tuve mucha suerte. Viví esa última generación que podía estar en la calle todo el día. Mis padres, desde muy pequeño, me llevaban al cine, y tuve acceso casi ilimitado a libros, música, películas…

MB: Charlie y la fábrica del chocolate.

MB: Letras, sin duda.

MB: Tuve un profesor de Lengua y Literatura en el colegio muy exigente, que me hizo leer libros bastante complejos a esa edad, pero al final fomentó mi interés por la lectura y escritura. En la universidad también tuve otro profesor, de Retórica, que me hizo pensar en cómo a través de las palabras podía conseguirse cualquier cosa.

MB: Siempre quise estudiarlo, porque todo el mundo decía: “Eso no va a servirte para trabajar en nada”.

MB: Siempre he escrito, de una forma u otra. De pequeño escribía poesía. Después, jamás he sido capaz de escribir ese género, me pasé a la prosa.

MB: Los detectives salvajes, de Bolaño. Fue uno de los libros que me impulsó a tomarme en serio la escritura.

MB: Se me quedó grabada esa entrevista en la que Bolaño decía: “Si no hubiera escrito, estaría más vivo y más sano ahora. De eso no me cabe la menor duda”.

MB: No me creo que alguien escriba sin pensar en publicar.

MB: Eso me resulta muy complicado. Creo que en esa faceta soy muy introvertido, me cuesta pensar en cómo se interpreta lo que escribo. Diría que soy un escritor de los que se esconde en el subtexto.

MB: Hubo entendimiento desde el primer momento. Lo vi como una apuesta mutua: vosotros confiasteis en mí para vuestro primer o segundo libro; y yo en vosotros como nueva editorial. Siempre vi un proyecto muy serio.

MB: Que se vea reflejado el duro trabajo que hay detrás, tanto el que hubo en la escritura, como en el proceso de edición posterior, donde se discutió cada coma, tiempo verbal o sinónimo. Sobre todo, el haber conseguido esa fluidez e intensidad a través de todos los relatos.

MB: Que se deje llevar, y que piense los relatos desde diferentes perspectivas. Hay varias historias dentro de la que parece la central, y muchas conexiones entre ellas.

MB: Espero poder seguir escribiendo. El otro día, precisamente, pensaba que hay un momento en el que la escritura deja de ser una intrusión en tu vida, y es tu vida la que supone una intrusión en la escritura.

MB: Marcos Giralt Torrente, incluso me interese o no la historia, lo leo solo por su forma de escribir.

MB: Lo raro y lo espeluznante, de Mark Fisher, y Mandíbula, de Mónica Ojeda.

MB: Moravia, de Marcelo Luján, un libro muy recomendable por el estilo y la historia, basada en un fragmento de un recorte de periódico que aparece en El extranjero, de Camus.

MB: La relación con el editor. Ver cómo se implicó con el manuscrito y lo entendió tal cual yo lo tenía en mi cabeza. Poder descolgar el teléfono en cualquier momento y saber que estaba ahí.

MB: Sin cebolla no es tortilla.